domingo, 6 de diciembre de 2009

Fórmula

En las profundidades de la cordillera andina, resuenan los quejidos de Tamym. Otro experimento, otro fracaso:
Un barco me lleva
infelices sin remedio
un reloj que no suena.
-No hay caso. Esto no funciona. No tiene alma.
-Bueno chileno, no quedó tan mal ché-acota Augusto, el cordobés- Con unos Fernet encima se deja leer.
-Pues yo ahí veo la queja contra el sistema de salud en la América precolombina-añade, con su colombiana ironía, Felipe.

Lo cierto es que su Laboratorio de Escritura no daba pie con bola. Y encima, se estaban quedando sin yerba. Pero confiaban en su proyecto, la Gran Obra, y debían entregar algo a la Real Academia Española antes de tres días. Y ya saben lo que pasa cuando la RAE se enoja, adiós laboratorio, adiós licencia de científico artista, adiós sueño.

-Ya les digo, que lo que debemos meter en el procesador son novelas. Pero nada de García Márquez ni esas mariconadas, lo que necesitamos son 200 gramos de Shakespeare, 100 de Dostoievski y medio kilo de Borges.
-No Felipe, vos sos un zarpado ché, la última vez que pusiste a Borges la máquina se trabó por 5 días y por poco tuvimos que ponernos a leer por nuestra cuenta.
-Lo que pasa es que tu eres un vago, seguro que ahora me dices que los cuentos van a resultar mejor.
-Y si, el otro día con Capote y Conan Doyle salió un policial pasable.
-¿Ese en el que el investigador era el ladrón y víctima, durante ataques de sonambulismo? Era un insulto a la literatura-interrumpe ofuscado Tamym, mientras juega con una ratita blanca.
-Bueno, tenés razón, pero creo que con 10 gramos más de…
-No vayas a decir Cortázar, marica –interrumpe Felipe con amor.
-Así yo no puedo loco, me voy a tirar una siestita.
-A ver, Felipe, ahora que Augusto se fue, escucha mi idea. Sabes que no podemos usar sólo poemas, se manejan en picogramos y no hay técnica posible que permita mezclarlos como se debería…y siempre que pusimos concentraciones mas elevadas salieron horripilancias.
-Oye no me expliques que ya lo sé.
-Pensaba en voz alta nomás. En fin, ¿Qué te parece si metemos un poco de todo?
-Que más da, a ver, te alcanzo unos ejemplares.
Tamym por un lado pica y muele a Rimbaud, Neruda y Storni. Felipe trata con bicarbonato de sodio, mercaptoetilamina y calor a Bioy Casares, Herman Hesse y Salinger. Augusto duerme.

Las dos mezclas se fusionan en el tubo central, que lleva a la procesadora, la cual gime chorreando aceite, y empieza a emitir humo violeta, verde y rojo (indicativo de traducciones desde el francés, alemán y el inglés). Tras esperar un tiempo prudente, se fijan en la sala de recomposición de texto. De momento, solo pasta de papel es el resultado. Entonces los ruidos se detienen, la máquina se atasca, y como un pedito sale un pequeño poema en una tirita de papel:
Sor
Ete
El colombiano agarra un bate de béisbol que quien sabe que hacía ahí:
-Ya te voy a dar aparatejo…
-¡Para! ¡Esto vale más que vos y yo! ¡Pégame a mí, pégame a mí!
-Como quieras.
Y zas, un batazo a la testa y Tamym acompaña a Augusto al país de los sueños.

Al siguiente día, el chileno despierta. Augusto está en eso. Y Felipe se aparece en el hall de entrada con veinte vagabundos:
-¿ehh que hacés huevón? ¡Nadie debe ver el laboratorio!
-Es lo último que nos queda, confía en mí.
-Pero, pero, ¿tienen publicaciones, ensayos, algo? Bañalos al menos, dan asco.
-No, nada, hasta ahora. Cada uno escribirá lo suyo, y lo que quede será nuestra Gran Obra.
-Estás loco, loco de remate. Pero me agrada ¿Qué opina Augusto?
- Por raro que sea el me dio la idea, aunque capaz estaba hablando dormido, pero que más dá.

Así que durante el siguiente día los pordioseros, además de chuparse todo el Branca, consiguieron ensamblar una obra tan solo a partir de suficientes letras desordenadas y veinte ópticas de la vida, más la ayuda de estos tres pirados que pican libros y los meten por tubos. Ese día, la escritura por primera vez fue Creativa en el laboratorio. El resultado no es algo que me corresponda juzgar, un libro sin autor descoloca hasta al más omnisciente de los narradores.

La Gran Obra fue enviada a La Real Academia Española, que los mandó a cagar por culo. Una mina de carbón reemplazaría al laboratorio, los explosivos ya están colocados, y paf se acabó.

Lafran

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