lunes, 28 de septiembre de 2009

Precio

El origen,
la llama de esto,
es siempre la misma. Sensaciones,
hormonas, químicos (¿toxinas?) y pensamientos
que se agolpan contra la piel como chispas. Una puede sentir no
solo el rebote propio, sino la explosión ajena que quiere entrar y unirse y
convertirse en quien soy. Me gusta pensar que a él le pasa lo mismo, que está
implosionando, que quiere incendiarme con su piel, así como yo cíclicamente apago con lágrimas
de sudor y saliva el sol que amanece en nosotros, sólo porque me encanta verlo prenderse
nuevamente. Y al ver en sus ojos lunas llenas, peroen pleno mediodía, es que
me doy cuenta que él también siente esta necesidad, que su carne
realmente está rasgando su piel para llegar a la mía, y
con eso me alcanza, y es en eso que realmente
pienso al atardecer invernal definitivo
en que deja algo de su billetera
sobre la cómoda,
y
se
va.

Lafran


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