miércoles, 30 de septiembre de 2009

Despechada

Estoy en el subte y entre tanta gente,
Me paro erguida,
Quiero seducir y ser seducida,
Pero nadie me mira.

Será que tengo mucha ropa,
O el escote no tiene onda,
Estoy gorda, sí estoy gorda.

Los hombres tan banales, tan básicos,
Con la película porno en la frente,
No reconocen cuando una mujer está frente.
El del complejo del tamaño,
Alega: “no importa la varita sino el mago”,
Que iluso, yo no quiero varita, quiero varota,
Y el mago que tome más sopa.

Vuelvo del trabajo, cansada,
Hoy quiero sentirme amada.
Me pongo a cocinar, miro Alessandra,
Aconseja darle un masaje en la espalda,
Disfrazarme y ser la más gata,

Claro, como si me hiciera sentir grata,
Tanta preparación y velas decoradas,

Pero él tuvo un mal día,
Y no le importa que le diga,
Hice tu comida preferida,
Quiero que sea la noche de mi vida,
Come y ni me mira.

Fuimos a la cama, me quise hacer notar,
Pero me dijo: “no hay tiempo para jugar”,
Me pone las piernas en los hombros,
Y me empieza a dar.

Me hizo sentir de todo, menos mujer,
Porque será que la vida es tan cruel,
En ese momento me puse a llorar,
Porque lamentablemente mañana será igual.

Juan Pablo Blanco

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