domingo, 11 de octubre de 2009

un dia entre amigos

Ella estaba allí. Ardía con sus enormes senos como jamás ví a ninguna mujer, jadeaba sin parar . Sus senos eran enormes montañas dueños de todo aquel hombre que se le acercara tenían la la piel más suave y brillante semejante a la seda, eran enormes , cabrían en ellos todos los elementos jamás pensados. Me subí hasta la cima de sus pezones sólo por la necesidad de ver el mundo desde su curva más alta, luego jugué al fútbol, al padle y hasta me comí una picadita de jamón y queso, chorizo colorado berenjenas al escabeche y cerveza negra; cuando caí en cuenta estaban mis mejores amigos que en total éramos cuatro. El asunto era cómo penetrarla. Metí mis gruesos dedos en la mina de su vagina , de todas maneras eran pequeños en su lugar más profundo y deseado . Pensamos en hacer una pirámide formando un enorme pene así poder complacerla; la muy ardiente hembra no paraba de jadear casi suplicando morir en un orgasmo lo cual hacía que nuestra ansiedad por concretar el hecho se acelerara cada vez más. De una manera poco común y maravillosa caían chorros de su secreción sexual pues era multiorgásmica. A pesar de tener un cuerpo gigante era espectacularmente ábil, dotad de ese talento , se ganaba la vida trabajando en un circo. Por lo tanto mis amigos y yo parecíamos cuatro enanitos.Finalmente nos dispusimos a entrar a la más preciada mina de su concha, nos pusimos en fila y entramos de a uno nadando y nadando en su gran océano de sal.
Sin dudas fue la mejor de todas mis experiencias ya que de no querer renunciar a éste placer decidí contar esta historia desde aquí.

selva negra

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