viernes, 2 de octubre de 2009

Elvis y San Pedrro

Mi perro Elvis y yo vivíamos en la playa, ahí él era muy feliz, corría mucho, se metía en el mar, jugaba con la arena y perseguía cangrejos, inclusive aprendió a surfear. Todo era muy normal y tranquilo como siempre en nuestras vidas, él en lo suyo y yo en lo mío. Hasta que un día en pleno verano llego la gente de la ciudad, con sus autos, sillas, sombrillas, mallas, toallas y sobre todo su basura industrial, llenos de malas costumbres copaban coloridamente las playas. En realidad, a mi me disgustaba ver como quedaban las playas sucias después de los bacanales juveniles y demás festines, pero para Elvis todo era increíble. Pues la gente llevaba también a sus mascotas, por ende muchas perritas estilizadas y fifís de la ciudad, las cuales cautivaban a mi perro, tanto así que se olvido de nuestra vida pasada.
Fue así como Elvis se enamoró de Cleopatra, una perra de raza lebrel árabe. La verdad ahora entiendo por qué se enamoro de ella, pues era una perra muy linda, sin embargo por más linda que fuera, como una vez le dije a mi amigo “el negro naranjo”:
-¡Tú puedes ser un perro negro, pero no un negro perro!
-Así es - me respondió el negro por inercia mientras le contaba esta historia a lo cual agregó
-¡el amante nunca muere y si muere, muere amando!
-Pero que va, así es el amor, uno se olvida de todo.
Fue así entonces que Elvis empezó a mear en las gomas del auto de los dueños de su enamorada, todos los amaneceres y atardeceres hasta que una noche Cleopatra respondió con un aullido en luna llena y Elvis emocionado corrió hacia ella. Al llegar se dio cuenta de que se regresaban a la ciudad, ciudad que Elvis no conocía ni quería conocer, pero a su amor si quería conocer.
Entonces Elvis se fue a la gran ciudad en busca de su amor. Perdido y desorientado meaba en todas las gomas y postes dejándole olores como poemas a su amor, marcando territorios que no le pertenecían. ¡Pobre Elvis! el monstruo urbano lo fue devorando, ya no jugaba en la arena, ahora jugaba en la basura; ya no se metía al mar, ahora chapoteaba en charcos de aceite y tampoco perseguía cangrejos, ahora perseguía ratas astutas y autos. Hasta que un día las gomas rechinaron como la carcajada de un gato cruel y burlón del callejón. Las ilusiones y el cuerpo de Elvis ahí quedaron, pero, como dicen por ahí: “todos los perros van al cielo”.
Una vez Elvis en el cielo, lo recibe San Pedrro:
-Hola Elvis bienvenido al cielo
-Gracias San Pedrro
-Acá vas a ser muy feliz…tenemos muchos postes para mear, más de uno por pezuña, también hay un parque donde hay lanzamiento de discos y autos para seguir, acá solo existen manos que te acarician y juegan, no hay collar que te controle y nada te faltara
-Que bueno es lo que siempre quise, tener muchos postes y gomas, también manos que me acaricien, me lancen discos, pelotas y comida
-Pues acá nada te faltara responde San Pedrro
-Si es verdad nada me faltara solo el amor de cleopatra
-¿Y quién es Cleopatra? Pregunta San Pedrro
- Cleopatra es mi amor una perrita que es algo así: atlética y elegante de cabeza estrecha y ahusada, con las orejas medianas caídas de cola larga y fina. Pelaje corto y liso de color arena rojizo, con la máscara y las orejas más oscuras que he visto.
-Pues era muy linda…afirma San Pedrro…
-Si era tan linda como una poesía con rima
Y así mi perro atropellado, ahora ya no mueve el rabo. Su collar se convirtió en aureola, porque de él se vengaron las gomas.
FIN

Sir Frankie De Rama

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno y gráfico, y bastante melancólico tb se podría decir. Al menos me lelga eso. Personalmente, sacaría la parte del cielo, me agregó una expectativa que no se cumplió, medio raro.
    Aunque la oración final está bárbara y no quedaría tan bien sin esta parte, pero aun así seguiría teniendo sentido. Al fin y al cabo Elvis no hizo nada digno de un santo =p.
    Tb está en el título, así que capaz tiene alguna implicancia importante que no lelgué a ver. jejo.

    ResponderEliminar
  3. Esta bien que vos cuentes la historia que vos tenias con tu perro elvis.ES muy grafico y muy lindo el amor que demuestra esa perra Cleopatra a pesar de que el no un santo

    ResponderEliminar