viernes, 13 de noviembre de 2009

Cinco excusas baratas, cinco

Primera:
Yo iba a venir, pero no pude. Cuando estaba llegando me acordé de algo que en realidad me había olvidado. Sí, me acordé que me había olvidado de mí. No sé cómo ni cuándo, pero esa sensación de vacío hizo que me detuviera, acá no más, en Marcelo T. y Uriburu. Así que pegué la vuelta. Cuando llegué a casa tampoco me encontré, busqué en la cocina, en el baño, en el cuarto, hasta en el tacho de basura, pero nada. Le pregunté a mis vecinos: “disculpen, ustedes por casualidad, ¿me vieron?”, y sus miradas perplejas me proporcionaban más incertidumbre.
Entonces, ¿cómo pretenden que traiga escrita una excusa si todavía no me encontré a mí?

Segunda:
“Mi amor, ¿acaso no es el día más feliz de nuestras vidas?”. Silencio. Incomodidad. Respuesta–ruptura: “Bueno... ––se frota la nuca, mira hacia el suelo––.Yo en realidad me casé con vos para obtener la ciudadanía de la Comunidad Europea”.

Tercera:

“Yo iba a traer la consigna sobre ‘La excusa’, pero podés creer que dejé los papeles en la mesa y me los comió Chuchuno”.

Cuarta:

“No es que me vaya mal. Es que no me entienden”. (O mejor: “No pienses que estoy loco, es solo una manera de actuar”, pero esta excusa le pertenece a otro).

Quinta:

Por eso escribo
Siempre es tan fácil escribir, porque cuando escribo me escapo de lo que tengo que hacer, y voy hacia nuevos (viejos) mundos creados en el papel. Cuando le escribo a ella, es para no enfrentarla, entonces la escritura es cobarde. Ahora debiera estar estudiando, entonces la escritura es recreo. Cuando escribo en la internet, sencillamente webeo.
Pero, fundamentalmente, escribir es mi excusa para mentir. Excusa para decir lo que me plazca, y que solo sea tomado como lo que es, un escrito. (Un escrito excusa). Por ejemplo: inventaría cualquier excusa solo para estar con ella: “te tengo que contar algo muy importante” (mentira, excusa poco creíble); “¿te parece si nos juntamos a estudiar?” (más mentira todavía, dada mi conocida predisposición a no estudiar). Cuando se me ocurra alguna buena excusa ––“usted no está ni comprometida, ni casada, ni nada. ¿Por qué no charlamo’ un ratito, eh?” ––, te aviso.

Juan Ignacio Domínguez.
(11/11/2009)

3 comentarios:

  1. Ya considero poco objetivo decir que me gusta y me divierte lo que escribís, jaja

    Igual lo digo, claro... Te banco Juani.

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  2. Bueno, "gracias totales" jajajaja. Juani.

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  3. Menuda mierda pibe u_u"

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