miércoles, 4 de noviembre de 2009

Riesgo de vida
Querida Vero:
Quería comentarte que mi padre hace diez y ocho años, tuvo que ir a ver a un traumatólogo, ya que luego de haber jugado un partido de fútbol con sus amigos, empezó a sentir un fuerte dolor entre el tobillo y el talón como si algo se le hubiera desprendido.
Fue al médico, quien le dijo que se le había empezado a soltar el talón de Aquiles por lo que sería mejor que se operara.
Eligió un día viernes para poder volver a trabajar el lunes. Lo operaron y el cirujano sin verlo al salir de la Sala de Operaciones, le firmó el alta médica por lo que que debía retirarse el día sábado del Sanatorio.
Estuvo toda la noche del viernes muy fastidiado e inquieto. Se quejó varias veces por lo que le suministraron calmantes para ver si conseguían aplacarlo.
A pesar de todo esto seguía estando muy molesto y afiebrado pero igualmente se tuvo que retirar del Sanatorio al día siguiente, lo hizo muy disgustado, porque se daba cuenta que las cosas no estaban andando bien, que algo estaba pasando.
Siguió sumamente intranquilo, como si tuviera palpitaciones en su pierna, motivo por el cual volvió al Centro Traumatológico, para que un médico de guardia le dijese que tenia una celulitis. El insistió para que lo internaran porque no podía mas con su incomodidad, pensaban que dándole calmantes lograrían solucionar el problema.
De todas maneras lo trasladaron al quirófano para hacerle una limpieza de los tejidos en mal estado. Al poco tiempo murió ahí mismo porque la infección se expandía en forma galopante. Nuestra familia disconforme con lo sucedido, hizo la denuncia porque sentía que habían matado a papá, un hombre sano, activo y joven.
Se hizo intervenir a la justicia, los forenses luego de haber hecho la autopsia dijeron que había muerto de gangrena gaseosa, una infección intrahospitalaria.
Por lo que si lo hubieran atendido como correspondía, no dándole el alta sin ser visto por el médico y sin tener en cuenta lo que le estaba pasando, aún estaría con vida. Yo lo hubiera conocido por el mismo y no por las anécdotas que me0 cuentan mis hermanos mayores aunque en ese momento trágico ellos también eran chicos.
Como ves esto provocó un terremoto familiar
Te mando muchos cariños
Florencia

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